El mundo es eso.
Un montón de sensaciones, un mar de aromas.
Cada momento tiene su esencia propia entre todas las demás.
No hay dos momentos iguales.
Hay fuegos grandes y fuegos chicos y fuegos de todos los colores.
Hay sensaciones de fuegos serenos, que ni se entera del viento, y sensaciones de fuego loco, que llenan el aire de aromas y sensaciones.
Algunos fuegos, fuegos tenues, no alumbran ni queman; pero otros arden la vida y los momentos con tantas ganas que no se puede mirar sin parpadear, y quien se acerca, se une a ellos.